miércoles, 19 de enero de 2011

RENACER DEL AVE FENIX

El Tiempo helaba mis manos                              
con la nieve del silencio
mi cuerpo se congelaba
haciendo gemir al viento.

Detuviéronse mis ansias
cuando se detuvo el tiempo
quedando petrificada
como una esfinge de hielo.

Tomaste mis manos frías
entre tus manos ardientes
transmitiéndoles calor
en el silencio elocuente.

Al deshacerse aquel hielo
con el hechizo del fuego
de las cenizas de mi alma
resurgió el Ave Fénix.

Con las alas desplegadas
con el alma trascendente
pudiendo llegar al cielo
y tener vida por siempre.

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